Empezamos el día en la piscina. Este pueblo nos está resultando un oasis de tranquilidad
Despues visitamos la bodega de Domingo Hermanos, no tienen visita guiada, pero si cata de vinos y quesos, 8€ pp.
Los vinos impresionantes, empezamos con un Torrontés blanco y rosado y después Malbec tinto y dulce
Los quesos son de vaca, y no son santo de mi devoción, prefiero los de oveja
Comemos en La Estancia, un club de golf, y bodega. Un sitio increíble, además de lo anterior, tiene caballos, lagos artificiales, bosques y casoplones perdidos entre la vegetación. Solamente desde la entrada hasta el restaurante hay seis kilómetros
El restaurante es el club social, con un porche grandísimo que da al campo de golf y refrescado por unos grandes ventiladores
Sorprende que en ambientes secos como estos, al Sol te quema y a la sombra se está fresquísimo
La comida exquisita, fritos de aceituna rellena, risotto de remolacha y piñones, costillar al horno con crema de espinacas y dos copas de Torrontés, 65€. Las raciones siguen siendo exageradas, perfectas para compartir
Ya por la tarde, paseo por las tiendas de artesanía y helados de las especialidades locales, sabores de Torrontés blanco, Malbec tinto y cayote con nueces. Los sabores están muy conseguidos, pero la textura es poco cremosa