Empieza el día soleado, pero frío, cinco grados, aunque sube al mediodía a quince
Me sorprende la cantidad de gente que se ve en camiseta y pantalón corto, incluso niños, y nosotros tapados hasta las orejas
Callejeamos por Oamaru, parece sacada de una película inglesa de principios del diecinueve, con sus edificios victorianos. Tiene toda la pinta de un pasado floreciente, y ahora en decadencia
Arrancamos para Moeraki y nos alojamos en el Moeraki Holiday Park, 21€, con vistas al mar
Este pueblo es apenas una aldeita de pescadores, pero fue uno de los primeros asentamientos europeos de cazadores de ballenas
Hoy en día es famosísimo por unas piedras redondas que sobresalen en la playa
Hay que comprobar la marea e ir en bajamar (NZ tides). Nosotros vamos a las cinco de la tarde, y como siempre, está lleno de chinos
Después vamos hasta el faro de Kaitaki, donde habita una colonia de pingüinos y de lobos marinos. Solo consigo ver a los lobos. Normalmente los pingüinos pasan el día en el mar
Pensábamos cenar en The Fleurs, un restaurante con aspecto de cabaña de pescadores, considerado uno de los mejores de pescado de la isla Sur, pero está cerrado. Abre de miércoles a domingo, y hoy es martes
Terminamos cenando en el pub local, Moeraki Tavern, fish & chips. Los anglosajones no saben comer el pescado más que rebozado. Con cerveza y copa de vino, 16€. De postre un wisquito neozelandés, pero solo tienen escocés, 5€