A las dos de la mañana entramos en el Pacífico y el barco empieza a balancearse. Nunca lo he conocido pacifico. Creo que cuando lo descubrió Balboa, estaba de broma. A través de los grandes portillos se ven las olas golpear contra el casco. Una hora después, entramos otra vez en los canales patagónicos, y cesa el movimiento.
Al amanecer el barco navega por el espectacular fiordo de Agostini . Es maravillosa verlo desde la cama
Después del desayuno, arrian las zodiac al agua. A bordo no sé queda nadie. Cómo dicen los franceses “para eso lo hemos pagado”
Hoy no nos acompaña el tiempo, está cubierto, llueve y hace mucho frío. Si esto es el verano, el invierno tiene que ser terrorífico. Me viene a la memoria el pobre Shacklenton, bloqueado en los hielos, pasando el invierno y jugando al fútbol para pasar el tiempo. El tiempo de cuando los barcos eran de madera y los hombres de hierro
Por la tarde el glaciar Águila. El tiempo ha mejorado, pero a ratos llueve
Desembarcamos en una playa de guijarros, y vamos andando hasta que nos encontramos el glaciar, escondido, porque es de los que ha retrocedido
Está noche, fiesta de despedida, mañana llegamos a Punta Arenas. Pero no adelantemos acontecimientos porque quedan todavía muchas experiencias