Amanece soleado pero fresco, 11 grados, nada que ver con el día de ayer. Contratamos una excursión con “El Ché” (45 € por persona) para navegar por el Canal de Beagle y las islas.
Es una pequeña embarcación y solo somos ocho pasajeros, una pareja de belgas, una de bonaerenses, una china, otro argentino y nosotros. Y todos hablamos español. Nada que ver con los catamaranes de 300 y llenos de jubilados.
Desde el primer momento se establece entre todos una gran complicidad. Además hay barra libre, primero de café y después de cerveza de barril artesanal
Al ser una pequeña embarcación, nos acercamos a los lobos y a los cormoranes hasta casi tocarlos
Navegamos hasta el faro del fin del mundo, en el que se inspiró Julio Verne, para escribir su famosa novela. Al sur de aquí, lo desconocido. Eso dicen los argentinos, hay algún faro más, pero chileno
Aunque Ushuaia es la ciudad más austral del mundo, más al sur, al otro lado del canal, está puerto Williams, pero es una base militar chilena, en la que viven algunos civiles
Desembarcamos en la isla Bridge y hacemos un corto recorrido hasta la cumbre, mientras el patrón nos habla de las plantas que nos vamos encontrando
A la vuelta, cuando embarcamos, nos encontramos una “picada” y más cerveza, y ahí se desata la euforia y toda la vuelta la hacemos charlando y riendo. El loco del argentino (el de la visera) sale a cubierta y le empapa un rocíon
Cuando llegamos a puerto, todos nos abrazamos y damos las gracias al patrón por el maravilloso viaje
Hay gente que lo quiere tener todo atado y contratado antes de la llegada, y utilizan las grandes plataformas de internet, pero se pierden los sabores locales. Además de pagar grandes dinerales, porque está excursion en “Civitatis” está en 200€.
Hay que decir que el Canal de Beagle, está más al sur que el de Magallanes, y se descubrió después, por el capitán Fitz Roy, a bordo del Beagle, y donde navegaba el joven Darwin
Después de desembarcar, visitamos una feria de artesanía local y el puerto deportivo, donde están atracados los veleros que van a la Antártida y dan la vuelta al mundo, los auténticos vagabundos de los mares. Comemos en el “Ramos Generales” , dos sopas, un risotto, una pizza, una cerveza y una copa de vino, 35€
Por la tarde nos acercamos hasta el pub Dublín, buena cerveza artesana y bonito ambiente
Cenamos en el “Viejo Marino” una picada de marisco, dos merluzas negras y botella de vino blanco, 57 €
Todo exquisito, pero la merluza impresionante. No estoy seguro que sea nuestra misma merluza. Esta pesa 80 kg., pero las hay hasta de 200 kg. y más de dos metros de largas. No he conseguido ver ninguna, porque las traen troceadas. Viven a 1000 m. de profundidad en las frías aguas del Ártico. Ya lo empiezan a llamar el oro del artico